amore?

viernes, 11 de abril de 2014

Nota de la Autora

Buenas Días mi Gente Bella …


Les escribo para comunicarles que se suspenden las publicaciones de Amore, hasta nuevo aviso. Por  asuntos laborares y "asuntos literarios". Apenas tenga el tiempo necesario volveré con las publicaciones. De Ante mano muchas Gracias. Cariños Bélgica 


viernes, 21 de marzo de 2014

Capítulo 1


Pichilemu, última semana de febrero del 2013.




«Me estoy levantando de la cama con una flojera al máximo, ayer pase una noche apasionada con Apolo, pero no pensé que hoy me iba a sentir así. Este hombre es increíble en la cama, he aprendido tantas cosas con él. Es mi Dios Griego particular y no es solo por su belleza física sino porque realmente viene de Grecia, de la hermosa Isla Santorini» ―Lo quedo mirando recostado al lado suyo, mientras le acariciaba la espalda―,  «se supone que para todos terminamos hace tres meses, pero lo que nadie sabe es que no me aguante una semana sin estar con él y ahora salimos a escondidas, lo admito es ridículo somos adultos, él tiene 30 y yo 22 años, pero acepto que me gusta estar así de ocultos. Y honestamente me gusta ver como las otras mujeres se acercan a él pensando que está libre. No es que sea mala, pero es gracioso”.

―Deja de verme así―

―Como sabes que te estoy viendo― se acerco a su espalda.

―Porque te conozco gringa, hemos estado juntos cuatro años, se todos tus movimientos―

―Vaya y ahora que quiero hacer― comenzó a darle besos en la espalda.

―Lo mismo que yo― se dio vuelta, la tomo fuertemente del rostro y la beso bruscamente. Se separaron agitadamente. 

―Gringa, me gusta estar contigo, porque no te vienes a vivir conmigo definitivamente―

―Te dije que no― se aparto del cuerpo de él  ―además por eso que terminamos nuestro noviazgo, recuerda que a mi no me gusta estar así de atrapada―

―Pero gringa― la atrajo con violencia a su cuerpo ―realmente escuchas lo que dices― asintió ―vivimos en el paraíso, mi casa está al frente del mar, además no te estoy pidiendo hijos, ni nada por el estilo. Solo te pido que vivamos juntos―

―Apolo― comenzó a acariciarle el rostro  ―no quiero discutir, será mejor que me vaya a mi casa―

Comenzó a vestirse lentamente a los ojos de Apolo, le guiño un ojo, se coloco su camiseta blanca con pabilos, sus bragas, su short de mezclilla y una sudadera verde limón.

―¿Y dónde se supone que pasaste la noche?― él se acomodo en la cama, colocando sus dos manos en la nuca.

―Se supone que pase la noche con Emilia― le lanzo un beso.

―Viste Gringa, si viviéramos juntos no tendrías que mentirles a tus padres―

―Por favor― coloco su mano en stop ―no quiero hablar más del tema. Además, todavía tengo que hacer miles de cosas antes de ir a clases―

Apolo se levanto de la cama con su cuerpo esculpido y bronceado. Desnudo deambulo alrededor de la cama buscando sus bóxers, al colocárselos. Se acerco a ella, empujándola a la muralla le susurro:


(Apolo Komadina)


―Oye, hagamos yoga y de ahí te vas a tu casa, todavía es temprano son las 6 de la mañana, tus padres se extrañaran por la hora―

―Yo― miraba directamente a los ojos celestes de su pareja, le corrió el cabello detrás de las orejas, lo tomo del cuello y le dio un beso apasionado, él la empujo bruscamente a la muralla, mientras ella se afirmaba de las caderas de él con sus piernas, comenzado a sentir la erección de este, se separo de los labios ―Apolo, me quedo pero solo a Yoga― le dio un beso en la mejilla.

―Gringa eso no te lo crees ni tú― una de sus manos se introdujo por dentro de la sudadera hasta llegar a uno de sus senos, empezó a darle otro beso más apasionado que el anterior mientras su mano iba jugando con su pezón. Ella se separo del cuerpo de él.

―Apolo, quítame la ropa― le dio un pequeño mordisco en el hombro.

―Gringa tus deseos son ordenes― se aparto de ella y le quito la parte de arriba rápidamente comenzó a besarle toda la piel. Luego la volteo dejándola apoyada en la muralla. Torturándola con besos descendió hasta los hoyuelos de su espalda «Diablos me encanta cuando me hace esto, me enciende más» Se apego más a su cuerpo y su erección aumentaba cada vez más, desabrochándole el cierre del pantalón, lo bajo con bragas incluidas y raudamente le introdujo su miembro erecto en la intimidad de ella. Él le jalo el cabello hacia un costado, para que sus labios se juntaran y besaran, mientras aumentaba cada vez más su vaivén ―Vamos Gringa― dijo entre dientes ―vente a vivir conmigo― «Apolo, no arruines el momento con esa mierda». Al no recibir respuesta él la beso apasionadamente, mientras rápidamente aumentaba sus embestidas en el cuerpo de ella, llegando al éxtasis los dos al mismo tiempo. Él se aparto del cuerpo de su mujer, tratando de recuperar el aliento.

―Apolo― dijo con la voz entre cortada ―eres mi griego y no quiero dejarte, pero no me obligues a algo que no quiero―

―Está bien― la tomo de la cintura fuertemente, dándole un suave beso en los labios ―no te molestare más con eso, pero después no quiero reclamos― se fue en dirección al baño.

―¿Reclamos? me pregunto a que se refiere eso― Se fue tambaleándose a la cama y se recostó ―Estoy exhausta y todavía tengo unas clases particulares que me concertó mi papá― cerró los ojos y se quedo dormida.

«Me encuentro en el aeropuerto de Santiago, por fin podre ir a Europa, creí que nunca llegaría este día. Ahora mismo veo a una pareja que se besan apasionadamente en la entrada. Parece que es verdad esa mierda que dicen, es en el aeropuerto cuando mejor se abraza y se muestran los afectos.
Avanzo un poco más y choco con un hombre, es bastante alto y eso que yo ya mido un metro setenta. Le llego a la altura del hombro, no le distingo muy bien el rostro, pero levanto la vista y solo puedo decir es el hombre más guapo que he visto en mi vida. Demasiado perfecto para ser real».

Unas manos comenzaron a acariciarle la espalda.

―Gringa son las 10:30. Nos quedamos dormidos― comenzó a darle besos en la espalda.

―MIERDA― se levanto rápidamente de la cama ―Tengo que estar a las 11 de la mañana con unos turistas, y todavía debo ir a la casa a buscar la tabla de Surf y el traje― Busco la ropa y como pudo se las coloco ―Griego nos vemos después― se acerco a él y le dio un beso.

Salió rumbo a su jeep, encendió la radio y apareció una canción aleatoria de Bon Jovi “It`s My Life”. En el  coro canto a todo pulmón..


 “It’s my life
It’s now or never
I aint’t gonna live forever
I just eant to live while I’m alive
(It`s my life)
My heart is like an open highway
Like Frankie said
I did it my way
I Just wanna live while I’m alive
It’s my life"


Mientras manejaba vio a dos turistas bastante atractivos les toco la bocina y estos le sonrieron. Llego a su casa, pero sus padres no se encontraban. Rápidamente subió a su habitación, se despojo de la ropa, fue corriendo al baño a darse una ducha. Volvió a su habitación, saco uno de sus tantos trajes de baños, se coloco unos short floreados, una camiseta negra de tira y  una sudadera del mismo color. Se miro en el espejo ―Es lo mejor que puedo hacer― bajo corriendo al primer piso. Tomo un vaso de leche. Volvió al garaje a tomar el traje de agua, lo coloco en la parte trasera de su Jeep, tomo la tabla y la coloco en el asiento del copiloto. Se monto en su auto. Y en un par de minutos se encontró afuera de la casa donde su padre tenía el taller de tablas.


(Walter Groff)


―Papá, perdóname― le dio un beso en la mejilla ―anoche me quede conversando no sé hasta qué hora con Emilia y me quede dormida―

―Gringa, por favor, si sabes que al otro día tienes compromisos, debes colocar la alarma, que los turistas ya llevan 15 minutos esperándote― le dio un beso en la frente.

―Papá, espero que estos no sean pesados y arrogantes como los que me aparecen siempre, tengo una suerte― negó con la cabeza.

―Vete con los turistas― e hizo un gesto de echarla con las manos ―vete… vete―

―Papá, ya me voy, después te cuento como me fue con ellos―

Estoy realmente cansadísima, esta es la última vez que me dejo convencer por Apolo para pasar la noche con él, y más aun tener un raund en la mañana, estoy agotada al máximo.
Miro a los turistas que estaban observando el oleaje. Vaya, pero que hombres tan guapos, los dos se ven altos, pero de contexturas diferentes. El de cabello rubio es un poco más alto, pero diablos tiene una espalda tan grande, musculo y fibra por todos lados, un trasero apetecible, y unas piernas increíbles. Y el otro de cabello castaño, tiene una espalda grande, no tanto como él otro, pero lo encuentro más armonioso, se ve fibroso y musculoso, trasero increíble y unas hermosas piernas. Me gusta lo que ven mis ojos. Serán tan guapos de frente.


(Alex)


―Hola mi nombre es Isabel Groff― se coloco al lado de ellos, mientras enterraba su tabla en la arena.

―Hola mi nombre es Gregory― dijo el hombre de cabello rubio ―y él es mi amigo Alex. Un gusto―  se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla.

―Hola Gregory― sonrió.

―Hola Alex― se acerco y le dio un beso en la mejilla

―Un gusto Señorita― dijo Alex ―Solo le quiero decir que nos debe 20 minutos de clases―

«Pero que hombre más pesado. Ni que fuera el príncipe de Inglaterra que debo aguantarle sus comentarios» ―Disculpe, tuve un problema con la tabla, por eso que no alcance a llegar antes― Le dio la espalda, se saco lentamente la sudadera, continuo paulatinamente quitándose el short y luego siguio con la camiseta de hilo. Quedo solo con su traje de baño negro con estampados de flores fucsias. Y sintió que los hombres la observaban, sonrió con malicia. «Como te quedo el ojo Alex».
Fue a buscar su traje de agua y se lo coloco. Dejando la parte de arriba al descubierto ―Si me disculpan, se me quedo algo, por favor me pueden esperar―

―Claro que si Isabel― sonrió Gregory

―Si no queda de otra― dijo con una voz realmente cabreada Alex

―Vengo de inmediato―

Se fue corriendo al taller.

―Papá, pero que tipo más pesado el de cabello castaño, ni comparado con el hombre de cabello rubio― mientras se untaba bloqueador en la piel y el rostro.

―Y por qué dices eso hija

Porque lo salude los más amablemente posible y dijo nos debes 20 minutos, con un marcado acento inglés o irlandés, que se yo―

―Gringa te lo dije― seguía puliendo una tabla.

―Papá apóyame por favor. Será mejor que me coloque el traje acá que no quiero más sol en mi cuerpo. Me voy con el Señor simpático y el Señor ogro. Nos vemos más rato― Se fue corriendo en donde se encontraban. Pero solo se encontró con Gregory

―Y su amigo― miro alrededor 

―Él se aburrió y entro al mar―

―Ahhh― asintió. «Ni que hubiera estado 10 minutos afuera, es un pesado, pobre mujer que lo aguante» ―. En fin, su amigo se lo perderá― sonrió y este le devolvió la sonrisa –

―Isabel, perdona a mi amigo, es que está pasando por un momento complicado― se hundió en sus hombros.

―Si está bien― le sonrió ―además tiene razón yo fui la que me demore, perdón por el retraso, es que siempre las clases las hago bien temprano o bien tarde, pero este horario me complica, por eso que se me corre el tiempo. Okay, comenzamos―


Luego de estar casi dos horas enseñándole lo básico a Gregory. Isabel dijo:

―No te molesta si suspendemos las clases hasta dos horas más, es que debemos comer algo, porque se gasta mucha energía en el agua―

―Claro que no. Nos vemos en un rato mas― 

Ella tomo su tabla y fue al taller de su padre. Papá nos vemos en un rato me voy a la casa―.




Capítulo 2



«Estoy bastante agotada –se recostó en la arena- hoy solo me dedique a darles instrucciones a Gregory, resulto ser un chico bastante simpático y realmente atractivo, me conto casi toda su vida, tiene 30 años es un australiano nacido en Sidney, pero radicado en Londres, se había tomado un tiempo de su novia una chica italiana y viajo a Chile, porque un amigo le dijo que este país era simplemente espectacular. Dijo que lo que ha visto le ha gustado bastante»

―Gringa― su amiga se recostó al lado de ella  ―¿estás bien?―


(Emilia)


―Estoy muerta. Hoy tuve una clase particular con un chico australiano―

―¿australiano?― sonrió ―me gusta eso ¿era guapo?―

―Guapo, era tan guapo que quedabas con la boca abierta― comenzó a jugar con arena.

―Descríbelo―

―Como empezar, era mucho más alto que yo, mediría un metro ochenta o un poco más. Su piel era tostada, pero no sé si por producto del sol o es que era así. Además no lo vi tan bien. Tú sabes a que me refiero cierto―

―Claro amiga. Continúa― hizo un movimiento con la mano

―Su cabello era corto y de color rubio, sus ojos eran de color celestes, tenía una mandíbula cuadrada muy varonil. Además poseía unos labios que se veían sabrosos― reía ―su físico, francamente era divino, tenía todo su cuerpo fibroso, musculoso y exudaba masculinidad por los poros―

―Amiga que calor me dió― comenzó abanicarse con una de sus manos ―Supongo que le pediste su teléfono o algo así―

―Deja decirte que no es necesario que se lo pida, porque mi papá tiene un registro de las personas que practican surf con nosotros. Además mira― le paso su móvil―  busca en los 
contactos el nombre de Gregory ―¿Qué tal?―


(Gregory)


―Pero gringa, este tipo esta de infarto, invítalo a salir―

―No, no es mi tipo―

―No es tu tipo, estás loca él es tipo de cualquier mujer y creo que de cualquier gay―

―Pues yo creo, pero no quiero tener una relación con alguien en este minuto. Además él se va a ir a su país y no lo volveré a ver nunca más―

―Pero amiga un desliz con un australiano aunque se fuera a la China, yo lo aprovecharía― sonrió maliciosamente.

―Vamos a ver qué pasa― «además no estaría nada de mal experimentar algo con él, estaba guapísimo, pero me di cuenta que estaba muy enamorado de su novia italiana y a mí no me gusta ser el plato de segunda mesa de nadie».

―¿Gringa estas acá?― le pregunto mientras le chasqueaba los dedos.

―¡Hey! No me hagas así con los dedos― le saco la lengua ―solo pensaba como sería estar con ese australiano― sonrió.

―Te lo dije, además no has tenido acción desde que terminaste con Apolo y eso serán ya unos tres meses. Dios― miro al cielo ―tres meses es mucho, así como vas terminaras siendo una virgen otra vez― se puso reír.

―¿Virgen?― río a carcajada ―y eso es posible, volver a ser virgen después de no tener sexo por un largo tiempo―

―Obvio que no, solo quiero decirte que te tires a un tipo y que mejor que él australiano guapo― le saco la lengua ―Pero si no quieres estar con él, buscaremos a otro― se quedo mirando el paisaje ―Viste Gringa, como las turistas se le cuelgan de los brazos a Apolo―

―¿Dónde está que no lo veo?― comenzó a mirar por la orilla de playa.

―Que eres ciega amiga― negó con la cabeza ―esta allá ― señalo con su dedo al lado derecho de su cuerpo.

―Ahhh― asintió ―si esas chicas literalmente están babeando por él― sonrió ―«bueno es que quien no, si es tan guapo y con esa barba crecida y sus ojos celestes claros que le hacen el contraste perfecto y ese cuerpo de adonis Griego, es obvio que cualquier mujer se acercaría a él»

Y no te dan celos verlo rodeado de esas mujeres―

―Pues no, además terminamos hace tres meses atrás y quedamos como amigos. No tiene nada de malo que este con esas mujeres―

―Amiga eres única, yo me muero si veo a mi ex rodeado entre tanta mujer al frente de mis ojos―

―No sé es que quizás yo soy un poco más relajada― «y es verdad, además mi amiga no sabe que con Apolo mantenemos una relación clandestina” ―espérame― se levanto de la arena, fue corriendo donde se encontraba él.


(Apolo Komadina)


―¡Apolo!― gritó mientras se colgaba del cuello de él.

―Gringa― le devolvió el abrazo ―¿Por qué tanto afecto?―
Las mujeres se alejaron de joven griego.

―Pues tenía una teoría y la quería demostrar― sonrío maliciosamente.

―Y ¿cuál es tu teoría?― la apretó más fuerte a su cuerpo.

―Que eres sin duda el hombre más guapo de Pichilemu y que todas esas chicas se fueron corriendo al ver cómo me recibías―

―Eres malvada― la aparto un poco de su cuerpo y le corrió el cabello de su rostro ―te gusta ver a las pobres chicas sufrir por este humilde servidor―

―¿Humilde servidor?― reía a carcajada. Y este la tomo con fuerza y la atrajo a su cuerpo ―eres un gran servidor, porque ayudas a todo el mundo― le dio un beso en la mejilla ―Nos vemos esta noche en tu casa, llevaré pizza― se soltó de las manos de él y se fue corriendo en donde se encontraba su amiga.  

―Y esa demostración de hembra marcando su territorio. No es propio de ti― miro intrigada Emilia a su amiga.

―Tienes razón, pero sabes me pico el bichito y fíjate que esas mujeres se fueron raudamente― se coloco a reír.

―Eres realmente malvada, deberían volver. Es obvio que ustedes tienen una química especial. Y observo cómo se ven los dos. Si no es amor lo de ustedes, no sé que será―

―¿Amor?― arqueo el cejo «y ¿qué es el amor?, ni si quiera sé lo que es eso. Lo que tengo con Apolo, no sé que será, tenemos buena relación, nos reímos, conversamos, tenemos buen sexo, pero eso es ¿amor?» ―Amiga no sé― suspiro ―me voy a meter un rato al mar. Nos vemos después―

Se quito el traje de agua lentamente. Apolo la observaba desde una ubicación privilegiada. Éste le sonreía y ella jugaba con su cabellera rubia dorada. Entro al mar e inmediatamente paso por debajo de una de las olas. Salió por el otro lado, encontrándose con el joven Alex.

―Hola Isabel― le sonrío.

―Hola― comenzó a nadar, al otro lado. El joven se acerco raudamente al lado de ella ―¿Estas enojada?―

―No― siguió nadando, dando brazadas más largas y rápidas.

―Isabel, disculpa por lo de esta mañana, no fue mi intención molestarte e irme así ―Se detuvo― No  fue tu culpa, además estaba molesto, por que minutos antes estaba discutiendo con mi novia. Por eso me descargue contigo―

―Te entiendo― sonrío ―pero no sé si vas a querer seguir con las clases de surf―

―No creo, mañana me dedicare a bucear y pasado me devuelvo a Inglaterra―

―Está bien. Nos vemos. Salúdame a Gregorio― Entro más al mar y el joven nado en sentido contrario.


En su casa revisaba todo su vestuario, quería verse bonita para Apolo, durante las últimas horas, había pensado muy bien que haría con la propuesta de Apolo. «Que miseria, primera vez que me doy cuenta, que no tengo ni un conjunto de ropa interior sexy o delicado, solo prendas básicas de algodón. Si o si, tendré que comprarme algo bonito para el Griego, por ahora debo improvisar. Jeans a la cadera, sudadera negra y esta chaqueta de cuero, algo de maquillaje y listo. Es lo mejor que puedo hacer supongo”



―Hola mamá― se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla.

(Camila Osandón) 


―Hija, que hermosa estas, tienes una cita―

―Si mamá, Apolo me invito a comer, pero solo como amigos― le sonrío.

―¿Amigos?― sonrío ―hija ni tú te crees eso, por ahora solo te puedo decir que te cuides―

―Claro que si mamá. No sé si llegué esta noche― tomo sus llaves, y fue en dirección a su jeep.

Coloco el radio y salió al azar la canción Bruno Mars. «Wow, me encanta Bruno, espero poder verlo algún día en vivo». Llego a la cabaña de Apolo, bajo de su automóvil, entro a la casa y veía a ese griego como se movía de un lado a otro con el dorso desnudo y solo unos pantalones de yoga. Se le detuvo el corazón y ya sabía lo que tenía que hacer.

―Hola guapo― fue caminando lentamente en donde se encontraba él.

―Gringa― le sonrío, la tomo de la cintura y le dio un beso apasionado, respondiéndolo con la misma intensidad ―¿Qué te hiciste?― la observó de pies a cabeza ―te ves distinta―


(Isabel Groff "La Gringa")


―Nada― se fue al refrigerador y saco unas cervezas.

―¿Chelas?― le paso una a él, abrió la lata y bebió un poco del líquido amarillo ―deliciosa― él observo y asintió.

―Gringa― se acercó a ella, la tomo entre sus brazos y la llevo a la cama, la recostó y comenzó a darle besos en su rostro ―te tengo noticias―

―¿Noticias? ¿Qué clases de noticias?― pregunto, mientras le ayudaba a sacarle los pantalones –

―Gringa, me devuelvo a Grecia―

―¿Grecia?― pregunto un poco extrañada «Grecia, vaya eso si que no me lo esperaba»

Sí, me voy en un par de días más. Tú sabes que ya no tengo nada acá, además tú no quieres concretar la relación. Así que en teoría no tengo mucho que hacer en Pichilemu―

Que te puedo decir «que le digo, quédate por mí. No quiero amarrarlo, si ya se quedo por mí hace cuatro años, cuando era una mocosa inmadura. Se supone que ahora que he madurado algo, no puedo tenerlo así como amigos con beneficio a roce» – lo miro directo a los ojos ―supongo que me recibirás en tu casa en Grecia el día que pueda ir a verte― le dio un beso en los labios.

―Claro que si gringa― la volvió a besar con la fogosidad, mientras le quitaba rápidamente la ropa, formando un solo cuerpo.


«No sé qué hacer, el Griego me dijo que se iba a Grecia en un par de días y realmente no sé si quiero que se vaya. Además él es mi Bear Grylls, sin duda él hombre que haría feliz a cualquier mujer, aparte de ser instructor de buceo, es instructor de Yoga. Lo dejo solo con un cuchillo sabe cazar hasta un animal, es increíblemente perfecto, me gusta cuando me dice Gringa porque veo en sus ojos posesión y afecto. Pero retenerlo acá es muy egoísta de mi parte» – Unas manos cruzaron su cintura.

―¿Gringa en que piensas?― dijo, mientras le daba besos por el hombro subiendo a su cuello.

―La verdad es que pienso que eres mi Bear Grylls― se volteo y le dio un beso salvaje en los labios, se afirmo con fuerza de su espalda. Él se separo sonrío.

―Claro que sí. Cuando te enseñe todas las cosas que sabía hacer, tus ojos brillaban de la emoción. Y creo que sentí más deseo de tu parte por mí―

―La verdad es que no sé si es más deseo, pero me gusta que los hombres sean capaces de valerse por sí mismo, además mira lo que hiciste― movió sus manos alrededor ―esta casa la hiciste tú sin la ayuda de nadie. Eres tan autosuficiente, por eso digo que eres Grylls― él la tomo con fuerza y comenzó a besarle el cuello. Se aparto un poco de él.

―Gringa. Te voy a echar de manos cuando este en la Isla, trata de ir a verme, las puertas de mi casa siempre estarán abierta para ti― comenzó a besarle los labios.

―Claro que si, aunque estés con una griega hermosa. Igual me darás alojamiento― le dio un beso suave en los labios.

―Gringa creo que no encontrare ninguna mujer más hermosa que tú. Pero sin duda si estoy con otra, igual podrás ir a mi casa―


―Apolo― lo abrazo más fuerte «no quiero que te vayas, pero no quiero obligarte a tener una relación sin mayor compromiso de mi parte»


(Obra Registrada)



miércoles, 29 de enero de 2014

La Gringa


Hola …


Mi nombre es Isabel, pero todos me conocen por la “Gringa”, simplemente por mis características físicas, hasta cierto punto me molesta que me digan así, porque para mí todos somos iguales, no existen las diferencias.


Tengo dos pasiones que son mi vida y mi trabajo. Soy una instructora de surf, reconocida en el medio local y fotógrafa.  Así que a veces mezclo mis dos pasiones realizando fotografías a los surfistas amateur y profesionales. En la capital del Surf, en la bella ciudad de Pichilemu de la Sexta Región.







Me gusta disfrutar de la vida, del agua, de las olas, de la naturaleza. Disfruto día a día pensado que mañana no puede existir. Me gusta escuchar música, leer un poco, me encanta dibujar ese es mi talento oculto, nadie lo sabe, ni mi mejor amiga. Siempre ando con un cuaderno y lápiz de carbón dibujando los paisajes de mi ciudad. Y a veces los rostros de las personas, siempre me llama la atención que tenga alguna cicatriz aunque sea mínima, para mí son heridas de guerra que significan que algo les paso, pero que ahora están bien.


Pero tengo un pequeño defecto, me molesta que me den órdenes y por ende soy respondona, he mandado a volar a más de un turista  porque cree que está pagando, acaso debo dejar que me pasen a llevar, yo se que está mal, pero es algo de mi esencia.   


En fin por eso que opte por este estilo de vida relajado a la orilla del mar, si bien podría estar trabajando en alguna reconocida agencia, lo mío es esto la libertad que me provocan las olas y el amor que tengo por Pichilemu.